Bajo la inquieta mente de Javier Ramos reposa un nuevo proyecto, Lämpara. Sin olvidar sus influencias rock, ahora se adentra en terrenos más eclécticos: electrónica, música clásica y experimental crean las atmósferas que dan forma a los nuevos temas de este artista. Acompañado en directo por su hermano Ramos Dual en la batería y Pájaro Barrio al teclado nos encontramos con una potente puesta en escena, donde la dramatización y el derroche de energía se plasman una vez más en la trayectoria musical de los hermanos Ramos (Malparaíso).
Arrancó el concierto con tres temas donde Javier Ramos se agarró a su guitarra para demostrarnos que tiene el talento del que se siente músico y sus recursos instrumentales son extensos (es un gustazo verlo en otras formaciones, como Chicomalo, tocando el bajo). “Minor West”, “Zarpeggio” y “Some kind of millionhood” fueron suficiente preludio para que el público quedara entregado a la magia visual y sonora de Lämpara. Con Javier ya sentado frente a piano, teclado y sintetizadores comenzó la verdadera sesión de hipnosis a la que quedas sometido con el directo de esta banda. “Logical meaningless” es un tema oscuro donde voz y piano forman una hermosa conjunción. Pero con “Hellstone” la banda nos descubre el enorme potencial del grupo, Ramos Dual saca sonidos imposibles de su batería electrónica acompañando sus movimientos robóticos. El público entregado disfruta del resto de temas, sumergido en una evocación continúa de espacios sensoriales, donde destacan: “Dripping wine”, de vuelta a la oscuridad y a unas melodías cargadas de ásperas texturas, conformando un auténtico poema sinfónico; y “The fake of my heart” más simple en la acometida pero cargada con toda la sonoridad que supone un directo de Lämpara. Javier Ramos se despidió en solitario al piano con el único tema cantado en castellano, “Tirado”, una de esas canciones que se te agarra al estómago y te recuerda que aún quedan artistas por descubrir y que merecen un hueco en el panorama nacional.
1 de octubre de 2011. DIRECTOS 37. La sala cordobesa celebraba así su segundo aniversario, dos años cargados de programación continua, reseñable y buenos directos. Esperamos que continúen alimentando la escena musical en su ciudad. Hace falta defender y apoyar las propuestas de este tipo en Córdoba.
Texto: Antonio de Egipto
Fotos: Marga Suárez
